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23/03/2016

Comentarios

JL

Lo has enfocado muy bien, David. Parece que trabajar en casa sea la panacea del estrés laboral, y cuando se nos dice que tendemos a ello, el trabajador, lo primero que piensa, es que no está sujeto a horarios y obligaciones propias del puesto de trabajo, y puede organizarse el trabajo de manera óptima con sus obligaciones familiares; pero tiene aristas que los que no conocemos el percal con profundidad se nos escapan.

Yo tengo un amigo freelance dibujante, y se gana bien la vida a base de dejarse las cejas en épocas punta, pero depende de que su cuerpo esté en condiciones. Si no lo está, no hay Dios que lo cubra y muy posiblemente pierde al cliente. En cuanto a los horarios, se tiene que adaptar a la demanda, y en muchas ocasiones tiene que robar horas al sueño para no perder un cliente. Por lo que tampoco dispone de un tiempo de ocio prefijado, y depende de las necesidades puntuales de los clientes claramente.

Nos hemos acomodado a los avances de la legislación laboral del siglo XX (porque en el XXI hemos retrocedido varias décadas en este sentido), y una simple comparación con la vida laboral hace bastantes décadas en que el sector servicios comportaba un ínfimo porcentaje de la economía, nos da más luz sobre lo que en realidad es el trabajo y la economía real. La tecnología nos ha hecho más fácil, en general, el trabajo físico, pero ha aumentado mucho más el trabajo mental. Por eso nos surgen más desajustes psíquicos y esa ansiedad de la que hablas.

Un saludo.

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