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09/06/2013

Comentarios

Pablo Bueno

Vaya dos cracks juntos en un post... Os admiro, tíos! Y suscribo lo dicho por los dos.
El fútbol es un circo y además de talentosos trapecistas y malabaristas, necesita payasos (con todo mi respeto para quienes se dedican a esta profesión) que desaten las filias y las fobias de los aficionados. Por supuesto, hablo en sentido figurado.
Me recuerda mucho a la telebasura, que cuando encuentra un personaje lo exprime hasta que no le queda una gota de sangre ni de dignidad y luego lo tira a la basura.
No sé vosotros, pero yo, cuanto más me gusta el fútbol, menos fútbol veo.
Abrazos!

Rafa Lupión

Sinceramente creo que en todo esto (que como sabes comparto al 100% contigo) la responsabilidad es fundamentalmente de los clubes. Los futbolistas son los protagonistas de esas actitudes lamentables pero son los clubes los que las permiten y, muchas veces, hasta las propician.
Los futbolistas son tan inmaduros como lo somos la mayoría a los 20 años. La única diferencia es que las gilipollez es que ellos hacen trascienden, mientras que el resto hemos hecho el imbécil en nuestra juventud en el más estricto anonimato (afortunadamente). Dentro de eso hay de todo, gente más centrada y otros que lo están menos (como periodistas).
Seamos sensatos, mirémonos a nosotros mismos, miremos a nuestros compañeros de la prensa y hagamos un ejercicio de imaginación: ¿Cuántos serían/seríamos capullos de primera división si antes de haber abierto un libro, nos hubieran puesto en las manos una cuenta corriente con tantos ceros que no supiéramos leer? Con la pequeña fama que otorga el periodismo deportivo en la ciudad, ¿no es cierto que tenemos compañeros que (aún con más de 20 años) son unos auténticos engreídos?
Comparto contigo esa desilusión respecto a las actitudes de muchos futbolistas, pero después de todo lo que he visto creo que, después de los aficionados, los futbolistas son lo mejor del fútbol. Casi siempre sonseares equivocados y mal dirigidos por la maquinaria de los clubes, al frente de las están con frecuencia personajes grises que toleran y fagocitan esos comportamientos que detestamos.
Los futbolistas son casi siempre niños malcriados. Esto los hace insoportables. Pero quien es despreciable de verdad es quien los malcría para sacar provecho de ello y de ellos. Y de esa basura se habla demasiado poco.

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