Soy consciente (y habitual denunciante) de que la situación en la que estamos la ha provocado la especulación de los bancos y la inutilidad de los políticos. Creo que ahí no hay discusión. Aunque ambos, como siempre, vayan a salirse de rositas.
Sin embargo, hay algo en las quejas demagógicas de determinados sectores de la sociedad y la economía españolas que me enerva. Sobre todo porque, hasta llegar a la actual ruina en que estamos abocados, se han aprovechado (y mucho) de la época de bonanza vivida anteriormente.
Es verdad que prácticamente no tenemos ahorros. Que dieron hipotecas a aquellos que no podían dar las mínimas garantías de pago (aun así, la morosidad nunca ha llegado al 10%). Que se compraron coches más caros de los que se hubieran planteado en otras circunstancias. Y así un largo etcétera.
Sin embargo, si muchas de las personas que vieron prosperar sus negocios hubieran ahorrado algo más, en lugar de gastarlo casi todo, seguramente ahora apenas pasarían apreturas. Y hablando de negocios prósperos, entremos en el quid de la cuestión de este post.
Tienen derecho a quejarse los hosteleros que, sin mediar palabra, a las 24 horas de la entrada de la moneda única ya habían redondeado los precios? Si un café pasó de 0'45 a un euro o un menú de cinco a 8'95, no estaban duplicando sus ganancias de repente? Y cobrándole el doble a la gente, que ganaba el mismo dinero que un día antes? Dónde ha ido toda esa pasta?
Tiene derecho a quejarse el sector de la cultura, especialmente el cine, que subió las entradas de 4,50 a seis euros sin anestesia y subió los 'combos' de palomitas y refresco otro eurito, ganando un 30% más y haciendo desistir a las familias que querían ir a ver películas?
Tienen derecho a quejarse los constructores, la mayoría de ellos ahora en quiebra pero que como se ha demostrado con los últimos desplomes, construyeron con materiales de mierda y vendieron a precios de oro? Dónde han ido a parar sus ganancias de más del 60% sobre el precio de coste? A sus yates? A sus Ferraris? Porque a sus trabajadores despedidos o sus empresas desaparecidas no.
Tienen derecho a quejarse los empresarios, que cuando las cosas iban viento en popa seguían pagando sueldos inferiores (en ocasiones, muy inferiores) a los 1.000 euros a la gente a su cargo? Que cogían becarios sin pagar para hacer el trabajo de currantes cualificados?
Y, por poner un último reproche, tienen derecho a quejarse aquellos dedicados al ocio nocturno? No les oí quejarse cuando cobraban entradas en discotecas a 15 euros y copas a ocho, cuando por la mitad se accedía al local y a la bebida apenas unos días antes.
No digo que ellos tengan la culpa de nada. Eso que quede claro. Pero sí les considero responsables de haberse aprovechado de la gente (que, cierto es, tomaba sus propias decisiones en algunos casos. En el de las cenas sí. En el de los sueldos no) cuando nadie creía que el grifo se iba a cerrar.
Ahora, aquellos que fueron previsores (los menos) se mantienen a flote con dificultades pero con honradez. Pero, de los que han ido cayendo, muchos han dejado pufos, familias en el paro, proveedores sin cobrar y empresas quebradas.
Al final, algo habrán hecho mal. Y, al final, acabamos pagándolo los de siempre
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