Tuve la suerte de ver hace dos semanas en el cine la película 'Los descendientes'. Me gustó la actuación de George Clooney y su trasfondo, más allá de los lugares comunes de buenismo y moraleja que siempre se imprimen en las películas que optan a los Oscar.
No quisiera hablar aquí de su argumento, pues otros más capacitados que yo ya lo han hecho. Lo que sí me gustaría analizar es lo que supone la elección que toma el protagonista principal, que aunque tiene trabajo y puede acceder a millones de dólares, decide cómo vivir. Algo que, en época de crisis y desempleo brutal, debería constituir la valentía de muchos.
Tengo muchos amigos que estudiaron carreras que no les motivaban. Llevados por el argumentario social, por lo que les decían sus padres que era mejor o simplemente por lo más sencillo. Para no tener que pensar. O porque una vida muy cómoda les impidió tener el sueño de trabajar en algo concreto.
Muchos de ellos tienen trabajo. Y, aunque suene mal decirlo en las actuales circunstancias, la mayoría de ellos no disfrutan con él. Habrá quien diga que el trabajo no es para disfrutar, sino para trabajar. Pues bien: si pasas un tercio de tu vida haciendo algo, soy de la opinión que al menos habrá que intentar que te guste. Si no, ocho de tus 24 horas diarias las pasas a disgusto. Y esa perspectiva me parece como mínimo inquietante.
Pero, más allá de los 'afortunados' laboralmente hablando, conozco a muchísima gente que está en el paro. Y la mayoría de ellos buscan trabajos 'de lo que sea'. El problema es que no hay trabajo ni de lo que sea. Y, en lugar de pararse y buscar de lo suyo, donde están más cualificados y tienen más contactos, se desesperan porque no encuentran curro de camarero, albañil o limpiador de casas.
Creo que todos hemos asumido ya que la situación es la peor que hemos vivido. Al menos mi generación. Y que, con el paro creciendo cada trimestre, da la sensación de que esta sangría no se va a detener.
Sin embargo, quizá en la desesperación haya que pararse a pensar. Si no hay trabajo de nada, por qué no busco de lo mío? Dónde tendré más opciones, en un campo laboral para el que no estoy cualificado y donde lucho con gente competente o en el mío, en el que sé lo que puedo dar?
Entiendo que habrá gente que lea estas líneas y piense que lo que digo es una tontería. Que lleva más de dos años sin encontrar nada, de lo suyo y de lo de los demás. Pero no volverá a tener en su vida la oportunidad de intentar encauzarse hacia donde realmente disfrute. Y disfrutar con el trabajo es, con mucho, una de las mayores fuentes de estabilidad emocional del mundo.
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Publicado por: rent a prom dress uk | 15/01/2014 en 20:32