Dice mi madre que era un niño tranquilo. El hecho de vivir en un pueblo me permitía merendar y jugar al fúbol en la calle, pero también saber estar quietecito cuando había que dejar pasar el tiempo. Siempre me han contado que me entretenía horas leyendo cualquier cosa. Hoy sé que es verdad porque si no tengo un libro por las noches no puedo dormir.
También son ciertas dos cosas: que nunca he sido un snob con autores (al contrario, presumo de leer best-sellers, que si lo son digo yo que será por algo) y que he tenido la suerte de que mi abuelo y mi padre contaban con una amplísima biblioteca, que poco a poco me iban dejando descubrir a medida que mi edad avanzaba.
Es por ello que, intentando descubrir algo al lector de este blog, quisiera compartir aquellos que me han emocionado o enganchado especialmente. Es una lista mía y como tal está abierta a sugerencias, porque no pasa un día en el que cruce una librería y no piense en gastarme dinero en ese papel impreso y encuadernado.
1.- El médico, de Noah Gordon. Me apasiona la historia de la Edad Media inglesa, me da mucha hambre cuando lo releo por sus extraordinarias descripciones e incluso hizo que me aprendiera el verdadero nombre del legendario Avicena (Abu Ali at Husain ibn Abdullah ibn Sina).
2.- El ocho, de Katherine Neville.- Mucha gente dice que le falla el final, pero el cruce de historias entre la actualidad y los albores de la Revolución Francesa es simplemente magistral.
3.- Los pilares de la tierra, de Ken Follet. Muchos lo habrán descubierto por la serie emitida en Cuatro y otros pensarán que es un tochazo de 1.300 páginas, pero es de esos libros que te enganchan tanto que necesitas volver a casa del trabajo para seguir leyéndolo.
4.- La prueba del laberinto, de Fernando Sánchez Dragó. Influye mucho cuándo llega un libro a tus manos y éste lo hizo en mi postadolescencia, cuando te lo preguntas todo sobre todo. Cuando lo releí años más tarde había perdido parte de su magia.
5.- La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera. Lo leí siendo aún demasiado joven (estaba en EGB) y no he vuelto a retomarlo, pero las sensaciones que me evocó en aquellos tiempos fueron las de estar entrando en la edad adulta gracias a sus textos.
6.- La duda inquietante, de Josep Maria Gironella. Ahora hay muchos 'Pájaros Espinos', pero la historia de un sacerdote que ve tambalearse su fé a causa del amor me impacto mucho a mis 13 años.
7.- Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Imprescindible en cualquier época de la humanidad, hoy toma forma a través de las nuevas tecnologías y del pensamiento único que se intenta establecer mediante la globalización.
8.- La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón. Cuando te acuerdas del nombre de un personaje años después de leer un libro significa que te ha marcado. Su historia, su forma de escribir y la Barcelona mágica de principios del siglo XX te atrapan sin remisión.
9.- El manifiesto negro, de Frederick Forsyth. Un amigo me insultó porque no podía parar de leerlo y dormía tres horas al día. Intriga política de altísimo nivel
10.- Hyperion, de Dan Simmons. Fue premio Locus de ciencia ficción en los años 90. Lo descubrí por casualidad comprando en la FNAC y me enganché a la tetralogía que incluye La caída de Hyperion, Endymion y El Ascenso de Endymion.
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