Uno empieza a dudar de que vive en democracia cuando las leyes solamente promulgan prohibiciones, en lugar de aperturismo para que cada uno (dentro de unos límites) pueda actuar como le venga en gana.
Sin embargo, no recuerdo una polémica tan encendida (nunca mejor dicho) como la de la 'Ley Antitabaco', donde hay tres bandos diferenciados: los que están muy a favor, los que están totalmente en contra y los que posicionan diciendo que a ellos no les gusta el humo pero que cada uno puede hacer lo que quiera.
Partamos de la base de que el tabaco es una droga. Legal, pero una droga. No hay más que ver a la cantidad de gente que intenta dejarlo y no puede. Se llama 'síndrome de abstinencia'. Y ocurre con las sustancias que crean dependencia.
Al margen de ello, existen estudios verificables de que, si no lo provoca, al menos sí hace más propensos a sus usuarios al padecimiento de cáncer. Habrá quién dirá la famosa frase de 'mi abuelo fumaba tres paquetes al día y murió a los 101 años'. Por supuesto. Y también hay deportistas de élite en plena forma física y que cuidan su alimentación al máximo que han fallecido de muerte súbita. No hay nada que se pueda generalizar en una población de 6.000 millones de personas.
Sin embargo, existen varios aspectos que me llaman la atención y, sinceramente, me hinchan ciertas partes de mi cuerpo. Por ejemplo, que el Gobierno demonice los cigarrillos pero los suba a saco para recaudar mucho más con ellos. Si no se puede fumar en ningún sitio, no seas tan hipócrita de basar parte de tus impuestos en algo que prohíbes. Porque, puesto a prohibir, no estaría de más que nos prohibieran pagar el IVA a los autónomos, por ejemplo.
Tampoco entiendo a la otra parte. La hostelería está mal. Con o sin tabaco. la gente sale menos a comer y a cenar y en lugar de pedir tres platos piden dos. Pero no me parece de recibo amenazar, en plena crisis cataclísmica, con que la medida va a generar miles de despidos. Qué pasa, que aquí somos tan señoritingos que los que fuman un cigarrillo por la mañana no pueden salir a la calle después del café? Que los que iban a los bares a desayunar ahora ya no van? Y dónde va esa gente? Se traen el desayuno de casa y se lo toman tristemente en su coche mientras se fuman un piti?
Que yo sepa, esta ley está vigente en Inglaterra y Estados Unidos, por ejemplo, y no ha habido un cierre masivo de restaurantes. Es más, más de uno tendría que ver a las inglesas, tan dadas a ponerse poca ropa en días de frío extremo, salir a la puerta de un pub sin rechistar a quitarse el mono de nicotina. Y nadie ha muerto de pulmonía. Ni los establecimientos estaban tan vacíos que pasaba una bala de paja por la barra como en el salvaje oeste.
Lo que sí pienso que debería hacer el Gobierno es asumir su responsabilidad y reintegrar el dinero a los sitios a los que obligó a realizar una obra con la ley anterior. Porque la culpa de que hayan palmado pasta es suya y solo suya. Y a eso se llama ejercicio de coherencia.
Pero claro, como en este país solamente montamos un pollo si no nos dejan fumar, si Mourinho saca un papel con errores arbitrales o si una concursante de Gran Hermano se cepilla a un cantante, así nos luce el pelo.
ME LA COMEIS TODOS CABRONES
Publicado por: LA MAMA DE DANI | 22/02/2011 en 16:24