Desgraciadamente, ni las virtudes ni las acciones contempladas en el título de esta entrada abundan en el mundo del deporte y, más concretamente, entre los deportistas de élite y su cada vez mayor séquito de acólitos sin demasiado oficio pero con mucho beneficio.
Nos hemos acostumbrado (y hemos loado en más de una ocasión, apelando a esa parte heroica que tanto nos enciende la pasión) a futbolistas, pilotos o golfistas que practican sus disciplinas con molestias, instalados en la creencia de que si desaparecen dos meses de la escena pública ya no serán nadie, no podrán volver a su nivel, perderán dinero de patrocinios, primas y premios y posiblemente otros les pasen por encima.
Como esa primera virtud, la de la inteligencia, no es muy abundante en nuestro parque atlético, en lugar de sopesar los pros y los contras del descanso se tiende a tratar de hacerse un hueco en el corazón caliente de los aficionados y los medios, seguros de que se puede aguantar el dolor, de que nunca se producirá la lesión grave y de que eso servirá para destacarse sobre los demás.
La segunda tampoco es muy común. Saber qué hacer en cada momento, reflexionar para tomar la decisión adecuada, conocer los límites del propio cuerpo, confiar en las posibilidades de uno mismo para volver al alto nivel aun quedándose fuera de los focos durante una temporada. La cultura (y más la deportiva) de que si mañana no estás donde tienes que estar no eres nadie está tan arraigada que es imposible quitarla del imaginario colectivo y eso lo notan quienes más expuestos están de forma diaria a la opinión pública.
Pero la más complicada de encontrar es la tercera. El asesoramiento de un deportista de élite implica, casi siempre, que quien lo hace es juez y parte, con lo que cuanto más haga su cliente más dinero ingresará él. Y de los managers amigos de la familia de toda la vida se ha pasado (salvo en casos honrosos) a mueve-deportistas que buscan comisiones anuales que complementen el ya de por sí buen porcentaje del sueldo de su cliente que perciben de forma mensual.
En los últimos tiempos, hemos visto como Vicente Rodríguez ha pasado de ser el mejor extremo de Europa a no poder recuperar (desgraciadamente para el Valencia) su nivel anterior. Vimos como José Luis Maluenda, que podía haber sido uno de los grandes jugadores ACB de los últimos años, siguió el mismo camino. Son solo dos ejemplos de los muchos que, por unas cosas, por otras o por todas juntas, no pararon cuando debían hacerlo.
Solamente hay un deportista de altísimo nivel que reúne inteligencia (y humildad), templanza para tomar decisiones adecuadas y, sobre todo, un entorno que realmente se preocupa por él y no por tratarle como una máquina de generar ingresos.
Rafa Nadal ha sabido parar a tiempo. Tiene poco más de 20 años. Se está recuperando de sus dolores en las rodillas para no tener que jugar mermado y poder desplegar su mejor tenis en cada torneo. Ha ganado ya seis Grand Slam y, pese a jugarlo casi todo, ha visto como en dos meses ha quedado fuera de una final y no ha podido disputar otro de los grandes torneos, así como ha perdido de nuevo ante Federer el número uno del Mundo.
Y, aun así, se para tres meses. Y trabaja sin presión. Y se pone metas lógicas. Y cuenta con el apoyo de los que le rodean. Y sabe que le quedan al menos 10 años de tenis, donde un parón así será un pequeñísimo lunar cuando eche la vista atrás en 365 días.
Pero claro, Nadal sólo hay uno. Agencia IMG sólo hay una. Y que tu entrenador sea tu tio y no te cobre por hacerlo solamente pasa en un caso. Y la mayoría de sus 'homólogos', sin la inteligencia, la templanza o la gente bienetencionada a su alrededor suficientes, nunca podrán llegar a este tipo de decisiones. Y a lo mejor, algunos, ni siquiera las entienden.
Creo que el poderio de Rafael Nadal es su fisico y fuerza mental si le falta uno esta listo. creo que debe recuperarse, una lastima porque solo el puede contra Federer y el tennis sin el no hay mucho que ver.
Publicado por: Emma Santoro | 08/07/2009 en 15:28
La razón te asiste, pero al menos ha parado
Publicado por: David Blay | 08/07/2009 en 14:01
Discrepo contigo: Rafa debió parar tras el Open de Australia porque lo han quemado en el último año y medio.
Publicado por: checheche.net | 08/07/2009 en 13:29