No me gusta generalizar. Creo que no es justo para nadie, aunque en esta ocasión me voy a ver obligado a ello.
En algunas cosas, admiro al pueblo catalán: defienden como nadie sus intereses y han conseguido hacer la mejor televisión de España a través de una autonómica. Sin embargo, ya dije en artículos anteriores (sobre todo tras ganar la Eurocopa), que su afán por apartarse de los demás les llevan a incongruencias del tamaño de Arkansas y una vez más en esas estamos.
Ahora que ha pasado una semana, diré sin pudor que la organización del Gran Premio de Europa de Fórmula 1 fue ejemplar, pero excesivamente prudente para mi gusto. Hubo pocos problemas y se resolvieron rápido y bien, pero el miedo de la organización al primer año impidió por ejemplo una mayor afluencia de yates al puerto, por ejemplo.
Dicho esto, quien pudiera leer la prensa catalana durante el fin de semana se daría cuenta de los ataques sistemáticos de Sport y Mundo Deportivo a la organización, el trazado, los accesos y la ausencia (según ellos) del glamour esperado. Todo porque son conscientes que la gente que ahorra todo el año para ir a una prueba de F1 seguramente opte por dejar de lado las interminables colas de Montmeló para venir en verano a visitar una ciudad preciosa y plenamente operativa.
Hay miedo a que baje la afluencia de público al Gran Premio de Catalunya. Es normal. El problema es que en lugar de mejorar sus accesos, sus ofertas y sus instalaciones, atacan al rival con el agravante (para ellos) de que el resto de los medios de comunicación no lo hacen, lo que les retrata aún más delante de sus lectores.
No me gusta criticar compañeros de profesión, y de hecho creo que no lo estoy haciendo porque seguramente la línea editorial de sus artículos viene impuesta desde las altas esferas de sus periódicos, pero tanto predicar que ellos son los mejores y que sostienen (económicamente y hasta en el medallero olímpico) a España y al primer atisbo de competencia se cagan en los pantalones.
No son tan buenos?. Mejoren lo suyo y no se metan con lo de los otros. A ver dónde está su famoso seny
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